sábado, 28 de noviembre de 2009

vidas



Hay vidas que nacen para ser contadas, historias que nacen desde el olvido, desde la indiferencia, vidas que dejan de serlo en algún momento, y solo cuando les llega la muerte, cuando dejan de existir, encuentran un sentido, historias que secan el alma.
Detrás de la mirada, detrás de la palabra, detrás de un gesto hay algo más, la esencia, lo que no daña, algo que llena, algo que te dice, que te habla, lo que nos convoca todos los días,
Es lo que reflejaba en su mirada, ¨naciste para ser princesa¨, le dijo un día, y nunca lo olvidó…
Solía caminar descalza, con la cabeza perdida en su mundo, sosteniendo su pomo, que le apartaba de la vida, de una realidad que no era la suya, que no le pertenecía, porque ella realmente era una princesa
Caminaba como siempre, en el rato que pensaba en su reino de colores, de castillos de caramelo, olor a pan recién hecho y a flores...
Ella nació para ser princesa, pero nadie lo sabía, porque ella era invisible, dejo de tener rostro un día, dejo de existir, y se volvió invisible….pero eso dia fue diferte, el auto no se detuvo... alrededor ojos miraban y ella les miraba a todos… gritos, gritos de dolor de los que salieron a socorrerla, gritos en silencio de los que no se atrevieron a mirar, miradas curiosas, de indiferencia, ella miraba a todos, pero estaba sola, y pasó el rato…
la muerte se le presento para llevarla a ese reino donde sería la única y verdadera protagonista, por fin sintiéndose libre, volviendo a nacer para vivir su destino, porque esta vida no le tocaba…. y eso debió de ser lo que pensaba mientras caminaba para encontrarse con la muerte, porque algunos se asustaron cuando vieron que la alegría embellecía su rostro mientras la levantaron para llevarla a la morgue.
La muerte llegó a través de cientos de ojos que no quisieron ver
Allí el resto de vida que le quedaba

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